A veces tengo la certeza de que jamás podré volver a amar a nadie.
De que nunca más podré sentir ese amor incondicional por alguien y adorarlo, subirlo en un pedestal
y hacer que se convierta en todo para mi.
He amado muchas veces, y es la primera vez que me siento así.
Me invade una extraña sensación de paz y tristeza.
Algo parecido a la melancolía, pero sin extrañar nada en concreto.
Como un mar en calma, despues de una tormenta.
O un río que se seca después de que la presa haya estallado.
Siento que una parte de mi se ha secado, y que es posible que nunca más se llene.
Siento aprecio por las cosas, las personas, los momentos y todo lo maravilloso que puedan
aportarme.
Pero noto que alrededor de mi corazón se ha construido una fina capa de hielo y no deja que
brote nada dentro.
Nada me atraviesa.
No duele, no suena, no sabe a nada, no existe.
¿Seré asi para el resto de mi vida?
¿Existe un numero de veces limitadas para enamorarnos?
¿Y si yo ya las he agotado?
Siempre he sabido que moriría sola.
Que mi vida no iria unida a la de nadie.
Puede que haya llegado el momento de echar a andar usando más la razón que el corazón.
Se y soy consciente de que los extremos no son buenos,
que nada es blanco o negro,
y que existen miles de tonalidades de gris.
Tengo casi 22 años, que es practicamente nada.
Pero me siento como si llevase viviendo mil vidas.
Estoy cansada de las personas y de ver la crudeza de ellas.
De los engaños, de las mentiras, de las apariencias absurdas.
De las palabras que suenan a cielo y no significan una mierda.
Siento que nada es real y esa es la realidad.
A veces no la soporto y quiero estallar.
Y hacer que todo estalle conmigo.
Quiero ver el mundo arder.
Quiero ver que pasa cuando todo se destruye.
Quiero sentir algo, lo que sea.
Por que no hay muerte peor que la del alma, y se puede estar podrido en vida.
El cielo esta a punto de abrirse, y a mi me da exactamente igual.