Hay un momento. Un instante en el que algo acciona la palanca.
Algo pisa el acelerador.
Casi sin darte cuenta, has cruzado el punto de no retorno.
Ya no hay vuelta atrás. En realidad nunca la hubo.
A partir de ahí todo va deprisa.
Los años parecen días. Y sin darte cuenta, cada día estás más muerto.
Olvidas la mitad de tus sueños y anhelos, conservando sólo un 10 % para poder seguir respirando.
Y te das cuenta, de que todo es una broma, un espejismo.
Nada es como tu creías.
Tampoco todo lo contrario.
Simplemente te dedicas a dejarte arrastrat. A aceptar lo que hay.
Rezando a no sabes quien para que las cosas cambien.
Pero en el fondo sabes, que por mucho que cambiasen, seguirían siendo iguales.
viernes, 2 de enero de 2015
Life II
Suscribirse a:
Entradas (Atom)