lunes, 3 de septiembre de 2012
Alfin-al.
El portazo siempre había sonado en forma de interrogante, pero esta vez fue claramente un punto.
Aun no sé si punto y a parte o punto y final, pero un punto que se clavó en mi pecho cómo un aguijón.
Quise esperar a ver cómo te marchabas para empezar a sangrar.
Las lágrimas no podían solucionar nada ya, ni los gritos, ni si quiera las palabras, esas que tantas veces nos habian salvado y al final acabaron por dejarnos mudos.
Aun no sé si punto y a parte o punto y final, pero un punto que se clavó en mi pecho cómo un aguijón.
Quise esperar a ver cómo te marchabas para empezar a sangrar.
Las lágrimas no podían solucionar nada ya, ni los gritos, ni si quiera las palabras, esas que tantas veces nos habian salvado y al final acabaron por dejarnos mudos.
Smo-king.
Cerraré los ojos para aspirarte lentamente.
Y mis pulmones llenare de tus recuerdos.
De tu olor, de tu aliento y de tus mil besos repartidos por mi cuerpo.
El humo me sabrá a ti.
Y me llevará a dónde tu estés.
No tengas miedo mi amor, yo siempre iré contigo.
Te juro que cada puta calada llevará tu nombre escrito.
Y mis pulmones llenare de tus recuerdos.
De tu olor, de tu aliento y de tus mil besos repartidos por mi cuerpo.
El humo me sabrá a ti.
Y me llevará a dónde tu estés.
No tengas miedo mi amor, yo siempre iré contigo.
Te juro que cada puta calada llevará tu nombre escrito.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)