Últimamente me pregunto si esta es realmente la forma en la que quiero vivir.
El precio que pago por mi libertad de plástico es cada vez más alto y lejos de sentirme llena y liberada, no hago más que dar vueltas sin sentido.
Más que vivir, sobrevivo cómo puedo.
Y limitada por muros muy altos.
Aun no he perdido las ganas de saltarlos, y no pienso rendirme.
Pero es difícil mantener la cabeza alta cuando las cadenas en los pies pesan tanto que no puedes avanzar.
Pero sacaré la cabeza, aun que me cueste más de lo que esperaba.
Nadie dijo que fuera fácil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario