Atravesé las puerta de lo irreal.
Y el mundo desapareció tal y cómo lo conocía.
Todo se volvió posible.
Mi mente se transformó y me hizo viajar por todo el universo.
Podía oler la música y ver los olores.
Mi percepción del mundo cambió por completo.
Sentí que me perdía para no encontrarme.
Agarrándome a la realidad aun que esta, resbaladiza, se escapaba entre mis dedos.
La locura más infinita se apoderó de mi.
Crucé el humbral y allí estaba, cómo un sueño abstracto, la belleza más pura e inimaginable que todo ser querría encontrar.
Yo lo ví por un segundo y luego desapareció.
Jamás volví a ser la misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario