AMOR.
Esa palabra que todos conocemos.
Ese sentimiento que hace poderoso al hombre y débil al mismo tiempo.
Aquello que todos queremos alcanzar y que muy pocos llegan a conocer.
Gottfried Leibniz dice que "Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad" .
La RAE lo define como sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
El cine nos pinta el amor como algo maravilloso y terriblemente pasteloso que debe acabar de forma feliz si es sano, y de forma trágica si es insano.
Las canciones transforman el amor en melodías que nos intentan acercar ese pequeño calor del alma que se supone que uno debe sentir cuando se enamora.
Los cuentos nos marcan un patron de amor en el que pase lo que pase, los enamorados acaban felices y comiendo perdices.
No señores.
El amor se vende y se compra.
Se usa y se tira.
Se rompe y se pega.
Se masca y se escupe...
El amor no es ese velo de color rosa con el que uno se benda los ojos y ve el mundo de otro color.
No son sonrisas infinitas ni abrazos cálidos cuando más los necesitas.
El amor no es un "Te Quiero" burdo y sin sentido que tan solo se compone de aire y vacío.
Amar no significa paz infinita y bienestar.
Sentirlo no significa volar permanentemente de nube en nube comprovando la esponjosidad de estas.
El amor no se siente en el pecho.No se late.No te habla.No respira.
El amor nace de las profundidades más oscuras de nuestras entrañas.
De la inmensa necesidad de comprender lo incomprensible.
De encontrar nuestro reflejo en los ojos ajenos.
De responder esas preguntas que jamás obtuvieron contestación.
Del egoísmo más profundo que llace en lo más negro del alma de cada uno de los seres humanos que habitan la tierra.
De gritar al vacío y escuchar algo más que nuestro eco.
De saltar y querer estamparte contra el suelo y hacerte trizas dejandolo todo pérdido de sangre y vísceras.
De querer arrancarse los brazos para no notar el peso de nuestra propia sangre corriendo a mil kilometros por cada una de nuestras venas.
El amor es un dolor de estómago que escuece y duele y te hace desear la muerte más inmediata.
El amor es algo mucho más allá de lo físico.
Es una aguja clavada en la traquea que se retuerce cada cinco segundos y nos impide respirar.
Amor es dar por que necesitas sacarlo de ti y que lo recoja el camión de la basura.
Y tú, que me preguntaste un día que era la tristeza,
te digo que la tristeza es amor.
Amor a la vida en su forma más cruda, sin aditivos ni cristales de colores.
Tristeza es salirte de ti para prestarle tu alma al mundo..
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Así que..
No quiero oír hablar de para siempres, ni de amor eterno, ni de un camino sin final.
No quiero promesas absurdas que no van a cumplirse ni palabras bonitas con puntos suspensivos en mi oído.
No quiero oír lo especial que soy ni que me intentes convencer de mi autenticidad.
No quiero ser nadie unico en tu vida, ni que me regales los oídos para hacerme sentir mejor.
Por que ni soy el último de los miles de cuerpos que han pasado por tu cama, ni tampoco lo pretendo.
No quiero maquillajes en las sonrisas ni cuentos de hadas con finales cerrados.
No me gustan los dramas ni las grandes historias que saben a algodón de azúcar.
No quiero que me prometas que siempre vas a ser mío ni que tu corazón me pertenece ni que soy la única a la que de verdad has querido.
Me conformo con compartir el silencio contigo, de esos tan largos que no se deben romper jamás.
Yo lo unico que quiero de ti, es compartir la tristeza más profunda, para poder amar...
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