Asi que aqui es donde viene uno a morir...-pensé para mis adentros-
a esperar tu turno, a esperar que te toque llegar al final del camino.
Odio este sitio y su olor moribunda.
Odio el ruido de las jeringuillas y el frío cadavérico que todo lo inunda.
Me siento cómo en un gran zulo lleno de luz artifial que me ciega incluso al cerrar los ojos.
Veo la cara del dolor.
El mas agudo y mortifero de los dolores.
El dolor del alma.
Oígo gritos desesperados de aquellos que se estan yendo y no quiere partir aun.
Los lamentos de los que quieren irse pero aun no les toca.
Gente vestida de blanco, con la mirada vacía que se pasean de arriba a abajo como una especie de ejército al ritmo de una marcha fúnebre.
Quisiera arrancarme estos cables que cuelgan por cada una de mis arterias y utilizar las pocas fuerzas que me quedan para salir corriendo.
Pero entonces contengo el aliento, y espero en silencio..
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