Y a veces tengo que agarrarme fuerte al marco de la puerta para evitar que tu inercia me haga tambalearme y caer al suelo.
Me gusta hacerlo a tu manera.
Me gusta correr en círculos descalza hasta perder completamente el equilibrio.
Aun que eso lo perdí le dia que decidí mandar mi razón a la mierda y pasarle el mando a mis entrañas.
Pero soy cautelosa, y a veces mando a callar a mi corazón para no oírlo latir más.
Para escuchar el eco de mis propias palabras dentro de mi esternón.
Soy así de egocéntrica, que le vamos a hacer.
Y aqui me tienes, tirandóme a la piscina sin saber la profundidad exacta ni haber comprovado previante si el agua está lo suficientemente tíbia cómo para que no me de un corte de digestión.
Y si me retuerzo de dolor al caer, poco me importa la verdad.
Ahora solo pienso en el descenso del borde hacia el interior, y disfrutar de ese vértigo todo lo que el cuerpo y el alma me permita.
Pido perdón de antemano por si algun dia me ves caer.
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