Corre.
Ahora eres libre para hacer lo que quieras cómo y cuándo tú y sólo tú decidas.
Ahora ya no hay nadie agarrantote por el cuello con una soga.
Ya nadie tira de tus manos cuando intentas dar un paso al frente.
Ahora sólo quedan marcas en tus muñecas, de aquellas cuerdas que un día te mantuvieron atada a aquél mástil.
De aquella mordaza apretada con fuerza sobre humana que te impedía hablar, gesticular e incluso respirar.
Ahora tienes permiso para gritar.
Para gritar hasta reventar tus cuerdas vocales.
Respirar hondo llenando tus pulmones de oxígeno limpio y puro.
Inhalar tan profundamente que tu pecho estalle en mil pedazos manchando todo de vísceras y sangre.
Creando así la más hermosa de las muertes.
Sal a calle para deleitar al mundo con la primera sonrisa de tu vida.
lunes, 10 de mayo de 2010
Capitulo 4:Releer lo ya leído y una vez aprendido, poner en práctica.
Se dice que a base de errar el ser humano aprende a moderar su conducta.
No hay mentira más grande en este mundo que esa.
El ser humano es adicto al dolor, por lo tanto nunca aprende de ello.
Somos capaces de sacrificar nuestra idílica(o no tan idílica vida) por apenas un error que nos llene y nos reconforte al instante.
A caso Eva no comió de la manzana aún sabiendo que iba a ser expulsada del paraíso?
Nosotros llevamos siglos siguiendo su ejemplo, y comiéndonos todas las manzanas que se nos ponen al alcance.
El ladrón roba aún sabiendo que puede ir a la cárcel.
El asesino mata pese a saber que le espera la silla eléctrica.
El infiel sacia su instinto aún poniendo en juego su relación.
Los románticos amamos aún sabiendo que no será eterno, y que sufriremos cómo condenados.
El ser humano no quiere vivir en el paraíso. El ser humano renuncia de la moderación y la vida perfecta.
Perfección es sinónimo de llanura. De no plenitud.
Algunos lo llaman pecar o tropezar con la misma piedra.
Yo prefiero llamarlo vivir.
No hay mentira más grande en este mundo que esa.
El ser humano es adicto al dolor, por lo tanto nunca aprende de ello.
Somos capaces de sacrificar nuestra idílica(o no tan idílica vida) por apenas un error que nos llene y nos reconforte al instante.
A caso Eva no comió de la manzana aún sabiendo que iba a ser expulsada del paraíso?
Nosotros llevamos siglos siguiendo su ejemplo, y comiéndonos todas las manzanas que se nos ponen al alcance.
El ladrón roba aún sabiendo que puede ir a la cárcel.
El asesino mata pese a saber que le espera la silla eléctrica.
El infiel sacia su instinto aún poniendo en juego su relación.
Los románticos amamos aún sabiendo que no será eterno, y que sufriremos cómo condenados.
El ser humano no quiere vivir en el paraíso. El ser humano renuncia de la moderación y la vida perfecta.
Perfección es sinónimo de llanura. De no plenitud.
Algunos lo llaman pecar o tropezar con la misma piedra.
Yo prefiero llamarlo vivir.
Capitulo 3: Cómo aprender a respirar otra vez
-Uno, dos. Inspira, expira. Otra vez.
Ves, no es tan difícil, solo se trata de mantener la calma. Te sientes mejor?
-Creo que si. Aun que esta maldita ansiedad no me deja en paz.
Además sé que en el momento en que te vayas olvidaré cómo respirar y volveré a ahogarme.
Es cómo si me cogieran por el cuello mil manos gélidas y apretaran con fuerza. Entonces pierdo la percepción de las cosas a mí alrededor y siento que no puedo articular palabra.
(...)
Creo que ella era una de las pocas personas en este mundo que podía entender cualquier cosa que yo le contase.
Me gustaba pasar tiempo con ella, por que aun que realmente tan solo nos dedicásemos a ver películas antiguas y tomar té, existía una conexión real entre nosotras.
Nunca me marchaba de su casa sin una sonrisa en la cara y algo más aprendido.
Era una persona de esas que se sabe que son especiales tan solo con mirarlas.
Además tenía unos hábitos muy extraños que la hacían aún más extraordinaria.
Tenía más cara que espalda. Exigía, no pedía.
De apariencia fuerte e indomable, pero poseedora del alma más sensible del mundo.
Sus debilidades e inseguridades la acercaban a mí, eran nuestro punto de encuentro.
Recuerdo que tenía la extraña costumbre de agredirse físicamente en forma de pequeñas manías cómo morderse la boca por dentro, o frotarse la ceja muy fuerte hasta dejar herida.
Pero yo la adoraba, y se que ella a mi también.
Ves, no es tan difícil, solo se trata de mantener la calma. Te sientes mejor?
-Creo que si. Aun que esta maldita ansiedad no me deja en paz.
Además sé que en el momento en que te vayas olvidaré cómo respirar y volveré a ahogarme.
Es cómo si me cogieran por el cuello mil manos gélidas y apretaran con fuerza. Entonces pierdo la percepción de las cosas a mí alrededor y siento que no puedo articular palabra.
(...)
Creo que ella era una de las pocas personas en este mundo que podía entender cualquier cosa que yo le contase.
Me gustaba pasar tiempo con ella, por que aun que realmente tan solo nos dedicásemos a ver películas antiguas y tomar té, existía una conexión real entre nosotras.
Nunca me marchaba de su casa sin una sonrisa en la cara y algo más aprendido.
Era una persona de esas que se sabe que son especiales tan solo con mirarlas.
Además tenía unos hábitos muy extraños que la hacían aún más extraordinaria.
Tenía más cara que espalda. Exigía, no pedía.
De apariencia fuerte e indomable, pero poseedora del alma más sensible del mundo.
Sus debilidades e inseguridades la acercaban a mí, eran nuestro punto de encuentro.
Recuerdo que tenía la extraña costumbre de agredirse físicamente en forma de pequeñas manías cómo morderse la boca por dentro, o frotarse la ceja muy fuerte hasta dejar herida.
Pero yo la adoraba, y se que ella a mi también.
Capitulo 2: Cómo eliminar todo rastro de curiosidad.
Nos despedimos con un cariñoso abrazo.
Un gesto con la mano y ella desapareció dentro del portal de su casa.
De repente rompió a llover.
-Mierda-pensé-voy a pillar un catarro de los buenos.
Así que me puse la capucha y encendí mi Ipod.
Lista de reproducción francesa para días de lluvia, una tiene que estar preparada para todo.
Sonaron las primeras notas de La vie en rose y con un gesto prácticamente involuntario, me quité la capucha y miré hacía arriba.
Las gotas me acariciaban con suavidad la piel, y me resultó algo tremendamente agradable.
Así que empecé a caminar mientras la voz de Edith Piaf se metía dentro de mi.
Cerré los ojos, sin dejar de caminar y por un momento olvidé todo lo que días atrás me había estado torturando.
Reconocí aquella maravillosa sensación casi al instante. Ese era uno de esos momentos que solo ocurren un par de veces al mes o una vez en la vida, en los que el universo conspira para que seas absoluta y plenamente feliz.
Así que sin dejar de caminar, y don los ojos aún cerrados, sonreí cómo hacía tiempo que no hacía.
Absolutamente nada en el mundo podía romper ese momento.
Y pensé que,
si ese momento durase toda la vida,
me explotaría el corazón y me moriría allí mismo.
Un gesto con la mano y ella desapareció dentro del portal de su casa.
De repente rompió a llover.
-Mierda-pensé-voy a pillar un catarro de los buenos.
Así que me puse la capucha y encendí mi Ipod.
Lista de reproducción francesa para días de lluvia, una tiene que estar preparada para todo.
Sonaron las primeras notas de La vie en rose y con un gesto prácticamente involuntario, me quité la capucha y miré hacía arriba.
Las gotas me acariciaban con suavidad la piel, y me resultó algo tremendamente agradable.
Así que empecé a caminar mientras la voz de Edith Piaf se metía dentro de mi.
Cerré los ojos, sin dejar de caminar y por un momento olvidé todo lo que días atrás me había estado torturando.
Reconocí aquella maravillosa sensación casi al instante. Ese era uno de esos momentos que solo ocurren un par de veces al mes o una vez en la vida, en los que el universo conspira para que seas absoluta y plenamente feliz.
Así que sin dejar de caminar, y don los ojos aún cerrados, sonreí cómo hacía tiempo que no hacía.
Absolutamente nada en el mundo podía romper ese momento.
Y pensé que,
si ese momento durase toda la vida,
me explotaría el corazón y me moriría allí mismo.
Capitulo 1: Rebobinar y volver a grabar.
Hoy he salido a la calle por primera vez en mucho tiempo.
No se cuanto exactamente.
Días, semanas o quizá años. No recuerdo.
El sol me quema los ojos amenazante siento su calidez maternal sobre mi piel.
Ya no recordaba lo que era aquello.
Había olvidado el color del asfalto y el mundanal ruido que todo lo invade.
Doy los primeros pasos, temblorosa, con cierto recelo.
Me asusto al ver que ya estoy fuera, pero estoy dispuesta a seguir adelante.
Camino sin ningún destino en concreto.
La contaminada brisa me acaricia la piel con delicadeza. Ya no tiemblo.
Camino alzando la vista, observando todo lo que me rodea.
Y me doy cuenta, de que por primera vez estoy observando el mundo con mis propios ojos.
Nunca antes me había fijado en algo tan simple cómo el numero de farolas que hay en mi calle o el movimiento de los árboles a mi paso.
Me siento vulnerable y fascinada, cómo si acabará de nacer.
Por primera vez en mucho tiempo no tengo miedo a no tener a nadie al lado para protegerme.
Ya no me asusta la gente.
Me paro para observar mi imagen en el escaparate de una tienda. Sonrío y el reflejo me devuelve la sonrisa.
Me gusta lo que veo.
Hacía un millón de años que no reconocía a la extraña que me miraba desde el otro lado del espejo…
No se cuanto exactamente.
Días, semanas o quizá años. No recuerdo.
El sol me quema los ojos amenazante siento su calidez maternal sobre mi piel.
Ya no recordaba lo que era aquello.
Había olvidado el color del asfalto y el mundanal ruido que todo lo invade.
Doy los primeros pasos, temblorosa, con cierto recelo.
Me asusto al ver que ya estoy fuera, pero estoy dispuesta a seguir adelante.
Camino sin ningún destino en concreto.
La contaminada brisa me acaricia la piel con delicadeza. Ya no tiemblo.
Camino alzando la vista, observando todo lo que me rodea.
Y me doy cuenta, de que por primera vez estoy observando el mundo con mis propios ojos.
Nunca antes me había fijado en algo tan simple cómo el numero de farolas que hay en mi calle o el movimiento de los árboles a mi paso.
Me siento vulnerable y fascinada, cómo si acabará de nacer.
Por primera vez en mucho tiempo no tengo miedo a no tener a nadie al lado para protegerme.
Ya no me asusta la gente.
Me paro para observar mi imagen en el escaparate de una tienda. Sonrío y el reflejo me devuelve la sonrisa.
Me gusta lo que veo.
Hacía un millón de años que no reconocía a la extraña que me miraba desde el otro lado del espejo…
jueves, 6 de mayo de 2010
Himno a la Belleza

¿Vienes del cielo profundo o sales del abismo,
oh, Belleza?
Tu mirada, infernal y divina,
vierte confusamente la buena acción y el crimen,
y se puede por eso compararte al vino.
Contienes en tus ojos el ocaso y la aurora;
Esparces perfumes como una tarde de tormenta,
Tus besos son un filtro y tu boca un ánfora
Que vuelven cobarde al héroe y valiente al niño.
¿Sales del negro abismo o bajas de los astros?
El Destino hechizado sigue tus enaguas como un perro;
Siembras al azar el gozo y los desastres,
Y lo gobiernas todo sin responder a nada.
Marchas sobre los muertos, Belleza, de los que te burlas;
De tus joyas el Horror no es la menos encantadora,
Y el Asesinato, entre tus más queridos colgantes,
Sobre tu vientre orgulloso danza amorosamente.
La efímera deslumbrada vuela hacia ti, candela,
Crepita, arde y dice: ¡Bendigamos esta antorcha!
El amante jadeando inclinado sobre su bella
Parece un moribundo acariciando su tumba.
¿Qué importa que tú vengas del cielo o del infierno,
¡oh Belleza!, ¡monstruo enorme, espantoso, ingenuo!,
si tus ojos, tu sonrisa, tus pies, me abren la puerta
de un Infinito al que amo y nunca he conocido?
De Satán o de Dios, ¿qué importa? Angel o Sirena,
¿qué importa, si tú haces -hada de ojos de terciopelo,
ritmo, perfume, fulgor, oh mi única reina-
menos horrible el universo y menos pesados los instantes?
Charles Baudelaire
(Le fleur du male)
miércoles, 5 de mayo de 2010
Anexo
Sabes que es lo que pasa?
Que por mucho que grites, por mucho que me escupas en la cara las verdades más profundas y me apuñales con las mentiras más crueles, por mucho que te autodestruyas cada día un poco más mirandome através del humo de tu cigarro, por muchas marcas que descubra en tu cuerpo delicado, por muchas veces que te escabuyas de entre mis brazos y muerdas mi mano cada vez que te la tiendo,y aun que destroces tu cara cara de ángel caído cortandola con mil cristales afilados, aún así, seguirías pareciendome la criatura más hermosa de este mundo.
Seguiría viendo belleza en tus palabras.
Y dónde otros quizás verian a una pequeña nínfufula de ojos apagados y aspecto demacrado, yo continuaría viendo a la mujer más maravillosa sobre la faz de la tierra.
Y mi corazón seguiría llenadose de una ternura infinita y cálida.
Cómo cada uno de tus besos robados.
Y eso, pequeña mía, jamás podrás cambiarlo.
____
Átame con las cuerdas de tus mentiras, y haz un nuedo marinero sobre mis muñecas.
Arrastrame hacía las profundidades de tus más oscuras perversiones.
Arráncame un gemido que nazca del alma.
Dejaré de ser mía y tuya, para no ser de nadie.
Librame de mis estigmas más profundos.
Quemame la piel con la yema de tus dedos.
Lameré tus heridas hasta hacerlas mías.
Colgaré una escalera del cielo al infierno para que vengas a verme.
Te esperare dónde me dejaste.
Tejiendo mi nombre sobre tu pecho con hilo de mimbre..
(...)
Que por mucho que grites, por mucho que me escupas en la cara las verdades más profundas y me apuñales con las mentiras más crueles, por mucho que te autodestruyas cada día un poco más mirandome através del humo de tu cigarro, por muchas marcas que descubra en tu cuerpo delicado, por muchas veces que te escabuyas de entre mis brazos y muerdas mi mano cada vez que te la tiendo,y aun que destroces tu cara cara de ángel caído cortandola con mil cristales afilados, aún así, seguirías pareciendome la criatura más hermosa de este mundo.
Seguiría viendo belleza en tus palabras.
Y dónde otros quizás verian a una pequeña nínfufula de ojos apagados y aspecto demacrado, yo continuaría viendo a la mujer más maravillosa sobre la faz de la tierra.
Y mi corazón seguiría llenadose de una ternura infinita y cálida.
Cómo cada uno de tus besos robados.
Y eso, pequeña mía, jamás podrás cambiarlo.
____
Átame con las cuerdas de tus mentiras, y haz un nuedo marinero sobre mis muñecas.
Arrastrame hacía las profundidades de tus más oscuras perversiones.
Arráncame un gemido que nazca del alma.
Dejaré de ser mía y tuya, para no ser de nadie.
Librame de mis estigmas más profundos.
Quemame la piel con la yema de tus dedos.
Lameré tus heridas hasta hacerlas mías.
Colgaré una escalera del cielo al infierno para que vengas a verme.
Te esperare dónde me dejaste.
Tejiendo mi nombre sobre tu pecho con hilo de mimbre..
(...)
Everything is in the right place.
Te mostré mi vecindario, mis bares, mi escuela. Te presenté a mis amigos y a mis padres.
Escuché tus textos, tu cantar, tus esperanzas, tus deseos, tu música. Tú escuchaste la mía. Mi inglés, mi alemán, un poco de francés.
Te regalé un walkman. Tú me regalaste una almohada. Y un día, me besaste.
El tiempo pasó, voló y todo parecía tan fácil, tan simple, tan libre, tan nuevo, tan único.
Fuimos al cine, fuimos a bailar, fuimos de compras, nos reímos, lloraste, nadamos, fumamos, nos afeitamos, y grité a veces por ninguna razón, o por alguna razón. Sí, a veces por una razón.
Estábamos cerca, tan cerca, incluso aún mas cerca.
Hicimos el amor, me regalaste tu mejor sonrisa y tus exclusivos abrazos.
Nos tocamos el alma con la punta de los dedos.
Me cojiste de la mano y la apretaste con fuerza.
La solté, dudé, me escabullí de entre tus brazos. Busqué otros.
Me asuste. Me equivoqué. Lloraste, lloré, lloramos.
Volví a cojerla, volví a besarte.
Te fuiste, te busqué. Te encontré.
Me abrazaste. Te enfriaste. Me doliste. Te dolí.
Te asustaste, dudaste, te escabulliste de entre mis brazos.
Nos perdimos. Nos soltamos.
Nos dijimos hasta pronto,
nunca adiós.
Nunca para siempre.
Escuché tus textos, tu cantar, tus esperanzas, tus deseos, tu música. Tú escuchaste la mía. Mi inglés, mi alemán, un poco de francés.
Te regalé un walkman. Tú me regalaste una almohada. Y un día, me besaste.
El tiempo pasó, voló y todo parecía tan fácil, tan simple, tan libre, tan nuevo, tan único.
Fuimos al cine, fuimos a bailar, fuimos de compras, nos reímos, lloraste, nadamos, fumamos, nos afeitamos, y grité a veces por ninguna razón, o por alguna razón. Sí, a veces por una razón.
Estábamos cerca, tan cerca, incluso aún mas cerca.
Hicimos el amor, me regalaste tu mejor sonrisa y tus exclusivos abrazos.
Nos tocamos el alma con la punta de los dedos.
Me cojiste de la mano y la apretaste con fuerza.
La solté, dudé, me escabullí de entre tus brazos. Busqué otros.
Me asuste. Me equivoqué. Lloraste, lloré, lloramos.
Volví a cojerla, volví a besarte.
Te fuiste, te busqué. Te encontré.
Me abrazaste. Te enfriaste. Me doliste. Te dolí.
Te asustaste, dudaste, te escabulliste de entre mis brazos.
Nos perdimos. Nos soltamos.
Nos dijimos hasta pronto,
nunca adiós.
Nunca para siempre.
No intentes enterrar el dolor: se extenderá a través de la tierra, bajo tus pies;se filtrará en el agua que hayas de beber y te envenenará la sangre.
Las heridas se cierran, pero siempre quedan cicatrices más o menos visibles que volverán a molestar cuando cambie el tiempo, recordandóte en la piel su existencia, y con ella el golpa que las originó.
Y el recuerdo del golpe afectará a decisiones futuras, creará miedos inútiles y tristezas arrastradas, y tú crecerás como una criatura apagada y cobarde.
Lucía Etxebarría
(Beatriz y los cuerpos celestes)
Las heridas se cierran, pero siempre quedan cicatrices más o menos visibles que volverán a molestar cuando cambie el tiempo, recordandóte en la piel su existencia, y con ella el golpa que las originó.
Y el recuerdo del golpe afectará a decisiones futuras, creará miedos inútiles y tristezas arrastradas, y tú crecerás como una criatura apagada y cobarde.
Lucía Etxebarría
(Beatriz y los cuerpos celestes)
13 Cosas que me gustan y me hacen sentir culpable.
-Robar
-Mentir a los desconocidos o recien conocidos
-Tener fiebre
-Llegar tarde a todos sitios
-Escribir lo que siento
-Maquillarme para estar guapa
-Sentir amor o dependencia hacia algo/alguien
-Coquetear y flirtear como una lolita
-Ser dominadora
-Alardear sobre mi conocimiento en algun tema o cosa especial.
-Derrochar todo el dinero que pasa por mis manos.
-Hablar del pasado como si no importara
-Comer chocolate a las tantas de la noche
-Mentir a los desconocidos o recien conocidos
-Tener fiebre
-Llegar tarde a todos sitios
-Escribir lo que siento
-Maquillarme para estar guapa
-Sentir amor o dependencia hacia algo/alguien
-Coquetear y flirtear como una lolita
-Ser dominadora
-Alardear sobre mi conocimiento en algun tema o cosa especial.
-Derrochar todo el dinero que pasa por mis manos.
-Hablar del pasado como si no importara
-Comer chocolate a las tantas de la noche
Percepciones.
Ella era una de esas personas que te hacen enloquecer con un solo pestañeo.
Tenia los ojos más negros que yo había visto jamás.
Poseía una belleza tan perfecta que mirarla directamente era casi pecado.
Era un espíritu libre cargado de drama, un algo inalcanzable con ese no se que adictivo, una Lolita del siglo XXI, un angel con piel de cordero y alas de mimbre.
Él se moria por ella.
Moría literalmente de deseo cada vez que la veía deslizarse por el asfalto.
Ella no caminaba, se deslizaba cual criatura divina.
El era consciente de que jamás podría ser suya, y de hecho eso era lo que la hacía más increíble.
Él enloquecía por momentos.
Era su muñeco de trapo y ella disfrutaba sabiéndolo cual niño con juguete nuevo.
continuará...
Tenia los ojos más negros que yo había visto jamás.
Poseía una belleza tan perfecta que mirarla directamente era casi pecado.
Era un espíritu libre cargado de drama, un algo inalcanzable con ese no se que adictivo, una Lolita del siglo XXI, un angel con piel de cordero y alas de mimbre.
Él se moria por ella.
Moría literalmente de deseo cada vez que la veía deslizarse por el asfalto.
Ella no caminaba, se deslizaba cual criatura divina.
El era consciente de que jamás podría ser suya, y de hecho eso era lo que la hacía más increíble.
Él enloquecía por momentos.
Era su muñeco de trapo y ella disfrutaba sabiéndolo cual niño con juguete nuevo.
continuará...
martes, 4 de mayo de 2010
-0
El cuerpo me pesaba 20 toneladas. Y me costaba despegar los parpados de los ojos.
Desde que él se fue todo lo que implicará hacer demasiado esfuerzo físico me costaba horrores. Quizás por que llevaba varios dias sin comer prácticamente nada, o quizás por que ya no me quedaban fuerzas en el cuerpo para ponerlo en marcha.
Si. Él se llevó mi último aliento, mi último soplo de vida.
Aún así cada mañana conseguía incorporarme y andar a pasos cortos y pausados hacía el baño.
El espejo me devolvía el reflejo de una completa desconocida. No sabia quien era esa criatura de aspecto cadavérico que me miraba con esos ojos tan vacíos. Tan ausentes de luz.
A veces podía pasarme horas quieta frente al espejo intentando encontrar una respuesta a las mil preguntas que tenía en mi cabeza, y que no me dejaban vivir.
Así empezó todo...
Desde que él se fue todo lo que implicará hacer demasiado esfuerzo físico me costaba horrores. Quizás por que llevaba varios dias sin comer prácticamente nada, o quizás por que ya no me quedaban fuerzas en el cuerpo para ponerlo en marcha.
Si. Él se llevó mi último aliento, mi último soplo de vida.
Aún así cada mañana conseguía incorporarme y andar a pasos cortos y pausados hacía el baño.
El espejo me devolvía el reflejo de una completa desconocida. No sabia quien era esa criatura de aspecto cadavérico que me miraba con esos ojos tan vacíos. Tan ausentes de luz.
A veces podía pasarme horas quieta frente al espejo intentando encontrar una respuesta a las mil preguntas que tenía en mi cabeza, y que no me dejaban vivir.
Así empezó todo...
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