miércoles, 5 de mayo de 2010

Percepciones.

Ella era una de esas personas que te hacen enloquecer con un solo pestañeo.
Tenia los ojos más negros que yo había visto jamás.
Poseía una belleza tan perfecta que mirarla directamente era casi pecado.
Era un espíritu libre cargado de drama, un algo inalcanzable con ese no se que adictivo, una Lolita del siglo XXI, un angel con piel de cordero y alas de mimbre.
Él se moria por ella.
Moría literalmente de deseo cada vez que la veía deslizarse por el asfalto.
Ella no caminaba, se deslizaba cual criatura divina.
El era consciente de que jamás podría ser suya, y de hecho eso era lo que la hacía más increíble.
Él enloquecía por momentos.
Era su muñeco de trapo y ella disfrutaba sabiéndolo cual niño con juguete nuevo.


continuará...

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