jueves, 7 de octubre de 2010

Nothing last forever but the earth and the sky.

¿Que cambiaría en nuestras vidas si supieramos exactamente cuando vamos a desaparecer de ella?
¿Viviríamos más cada momento siendo realmente conscientes de que no somos eternos?

Algún dia todo lo que conocemos, todas las personas que han pasado por nuestras vidas, todas las que recordamos y las que no, cada latido que hemos regalado, cada lágrima que hemos vertido, todas aquellas palabras y gestos que han llegado a tocarnos el alma de verdad...todo eso no será más que polvo en el aire.

Que razón tenian Kansas cuando cantaban aquello de all we are is dust in the wind..

Que paradoja que a lo que más temamos sea a lo único que sabemos con certeza en esta vida.
La muerte.
Esa gran desconocida a la que tarde o temprano vamos a tener que enfrentarnos.
Ese gran miedo de la humanidad.


Sólo aquello que carece de vida puede ser eterno.
Todo nuestro afán por crear, por dejar nuestra huella, por hacer que el mundo nos recuerde una vez ya no estemos aquí, por luchar contra la naturaleza y hacernos seres más longevos, ¿es simple y puro miedo a lo desconocido?

¿Es la muerte pues un regalo, o un precio a pagar por estar vivos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario