jueves, 14 de octubre de 2010

Demencias.

Es la sensación de abandono infundada o no, la que hace que te cierres a cal y canto y cierres los ojos para no escuchar más, aun que te sangren las encias de apretar los dientes con fuerza.
Notar ese hueco abierto en el pecho, que por mucho que intentes rellenar con falsa alegría momentanea, no logra taponar el vacío.
Por que todo lo momentaneo es tan solo arenilla en los bolsillos que vamos recogiendo a lo largo de nuestra vida.
Es tan fácil desvancerse...
y a quién pretendo engañar, siempre he tirado por el camino más fácil, eso no es ninguna novedad.
No se si es rendirse o simplemente dejarse llevar por la corriente y no nadar en contra.
Hace tiempo que dejé de cuestionarme el por qué de muchas cosas, pero las heridas siguen sangrando, y a veces sangran tanto que pierdo el mundo de vista y me desmayo.
Y yo que pensaba que no era de esas que se impresionan con la sangre y las vísceras, y resulta que si.
Tantas películas de zombies y serie B para nada..

Y aún no tengo muy claro a dónde he de agarrarme cuando esto me pasa.
Asi voy, de esquina en esquina aguantandome como puedo con las piernas temblonas.
Hasta que un dia se quiebren los huesos y me quede ahí, y ya no habrá remedio, y me lo tendré bien merecido.
Que dificil es manter la cabeza ergida y los pies en el suelo, cuando todo lo demás se escapa volando.
Y probablemente me queje por que si.
Seguramente esto no es nada importante, y es posible que necesite autocompadecerme para consolarme y así tener una mano con la que agarrarme y otra con la que darme de ostias cuando me haga falta.

Probablemente...

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